Critica

Critica: Arte de juzgar de la bondad, verdad,y belleza de las cosas.

martes, 16 de junio de 2015

Deuda pública es un tema que nos compete a todos.

A finales de mayo Hato Hasbún y Carlos Cáceres suspiraron aliviados, se fueron a dormir tranquilos. Faltaban 20 minutos para las 12 de la noche, la legislatura saliente, en su última plenaria aprobaba un decreto que autorizaba la emisión de 900 millones en títulos de deuda pública.
Todo caminaba a las mil maravillas el Ministro de Hacienda empezaba a colocar los primeros 100 millones de dólares en títulos, cuando la Sala de lo Constitucional, mandó a parar: admitió una demanda de inconstitucionalidad contra el decreto aprobado por la Asamblea Legislativa y tomo una medida cautelar: Decidió que mientras dure el proceso de inconstitucionalidad, no podrá realizar ninguna operación que guarde una relación directa o indirecta con la emisión y colocación de títulos valores de crédito. Todo se derrumbó.
El gobierno central frustrado por la decisión de la Sala de lo Constitucional comenzó a realizar comentarios subidos de tono declarando que la intención de la Sala es "amarrar económicamente al gobierno y que los magistrados de la Sala responden a los intereses de la clase dominante y de ARENA, quienes buscan imponer ataduras al gobierno para seguir invirtiendo en el pueblo”.
Más allá de la anécdota el tema central es que el decreto de los 900 millones no rompe el círculo vicioso del endeudamiento destinado al pago de deuda pues la mayoría de los 900 millones servirían para pagar deuda a corto plazo, sufragar la  devolución de impuestos y una parte menor del préstamo se ocuparía en programas sociales.
Ojo, que se está desperdiciando una buena oportunidad, de aprovechar esta coyuntura, para buscar soluciones de fondo al problema estructural de la baja recaudación tributaria y tomar medidas para romper círculo vicioso de endeudamiento público estéril, donde se recurre al crédito para pagar la deuda. Que se convierte en una deuda que nunca se deja de pagar.
El Pacto Fiscal es condición necesaria para que El Salvador salga adelante, no hay vuelta de hoja se deben buscar consensos: para que por el lado del ingreso se suba la carga tributaria, se logre ampliar la base tributaria, Hay que tenerlo claro, que agotadas otras vías de aumento a la recaudación lo que viene son más impuestos.
Es necesaria la aprobación de la ley de responsabilidad fiscal que ayude a regular los compromisos financieros del Estado, y logre la sostenibilidad de las finanzas públicas. En base a principios de progresividad y equidad.
Del lado del gasto se debe garantizar la utilización de los fondos públicos de manera eficiente, oportuna y transparente. Hay que hacer más eficaz el gasto público, combatir la corrupción, ser más transparentes y desarrollar un gobierno de austeridad. Todo esto es bueno pero, se debe tener en cuenta que la mayor eficiencia del gasto público no resuelve el problema de la insostenibilidad fiscal.  El peso del ajuste fiscal debe de estar por el lado impositivo, por el lado de los impuestos.
Los salvadoreños debemos exigir que se transparente el manejo de los préstamos, se evalúen los impactos de la deuda y demandar que se apruebe la ley que regule el endeudamiento público. Históricamente, los ciudadanos nunca hemos sido debidamente informa­dos sobre la deuda pública y como se paga. Hoy es el momento de crear una Auditoría Ciudadana de la Deuda Pública pues se trata de fondos públicos que se costearan con los impuestos que todos pagamos.
 La Auditoría Ciudadana de la  Deuda Pública es el instrumento de control ciudadano que permitirá primero, que los salvadoreños entendamos de manera clara cuál es el funcionamiento de las finanzas públicas. En segundo lugar saber la importancia de analizar la deuda, conocer quien la contrajo, cuál fue el destino de los recursos y cuáles son las consecuencias que tiene para el país que la deuda pública llegue a ser más del 60 % del PIB.
Hay que empezar a quitar la idea que únicamente los economistas pueden participar en un proceso de auditoría de la deuda, el funcionamiento de las finanzas públicas es demasiado serio para dejarlo solo en manos del gobierno y los economistas la Auditoría Ciudadana de la Deuda debe contribuir a popularizar el conocimiento de la realidad financiera del país, involucrando a los diversos sectores de la sociedad.




martes, 2 de junio de 2015

El Salvador: Más de 20 años buscando acuerdos de nación.



El lunes 1 de junio Salvador Sánchez Ceren comenzó su discurso con motivo del primer año de gobierno expresando que dos frases caracterizaron los primeros doce meses de su gestión. En este artículo me voy a referir a la segunda frase:”Trabajaré incansablemente para alcanzar los grandes acuerdos de nación que nos permitan resolver los principales problemas del país”.
Durante más de veinte años se han buscado acuerdos de nación. En 1994 bajo la administración de Armando Calderón Sol se organizó la Comisión de Educación, Ciencia y Desarrollo constituida por notables ciudadanos con diversas perspectivas e ideologías, que presentaron la propuesta “Transformar la Educación para la Paz y el Desarrollo de El Salvador.”
En 1997 se conformó la Comisión Nacional de Desarrollo con el mandato de “sentar las bases temáticas y metodológicas que faciliten el proceso de construcción de un proyecto compartido de Nación”. Esta Comisión después de 9 meses de trabajo presentó su propuesta, “Bases para el Plan de Nación” que se concebía como el instrumento de trabajo para “buscar entendimientos y acuerdos entre los sectores políticos y económicos que tienen mayor responsabilidad de decisión”.
En 2004 Antonio Saca creó una “mesa de gobernabilidad” con el objeto de “concertar” con la oposición política temas trascendentales para el país. En su discurso inaugural, Saca ofreció que iba a “multiplicar el empleo como el principal desafío nacional”; y convocó a una “mesa por el empleo”.
La larga y triste historia de la búsqueda de acuerdos de nación no terminó con Antonio Saca. En 2009 en el periodo de gobierno Funes se conformó el Consejo Económico y Social que tenía como propósito “facilitar el diálogo y la concertación alrededor de políticas públicas relacionadas con la agenda económica y social”.
En junio de 2009 Alex Segovia Secretario Técnico afirmaba. "No vamos a cometer el error del pasado de hacer los grandes documentos de plan de desarrollo que en realidad nadie leía y no se implementaban porque no tenían ningún soporte social ni político", y convocó al diálogo en el país para elaborar la nueva Estrategia Nacional de Desarrollo.
Paremos de contar. El patrón es el mismo en todos los esfuerzos: al inicio de un periodo presidencial, se anuncia la creación de una comisión, se convoca a los illuminati a que la integren. Los comisionados elaboran un documento como resultado de su trabajo y al final se pierde la oportunidad.
Nadie está en contra de alcanzar acuerdos de nación, nadie discute su necesidad, la pregunta a la que debemos dar respuesta es: ¿Porqué después de tanto tiempo, energías y dinero gastado en formar comisiones, consejos y hacer consultas nacionales no hay acuerdos de nación?
¿Cuál es la causa de tanta oportunidad perdida para buscar construir entre todos, sobre la base de compromisos fundamentales, el país que queremos, El Salvador que necesitamos?
¿El problema radica en que los documentos que se producen se basan en generalizaciones, donde no hay jerarquización, ni prioridades? ¿No se concretan los Acuerdos de Nación por falta de recursos? que permitan concretar las propuestas hechas en los documentos. ¿No hay voluntad política y al final todo queda como un listado de buenas intenciones? Tenemos que encontrar las respuestas.
El Profesor Salvador Sánchez Cerén terminó su discurso con motivo del primer año de gobierno ratificando que “continuará con un gobierno de concertación y de diálogo con todas las fuerzas políticas, económicas y sociales de nuestro país y también con los órganos del Estado”
 El tiempo de hacer llamados, de hacer invitaciones, de convocar consejos y hacer consultas y elaborar documentos ha terminado. Hoy de lo que se trata es de concretar, de obtener resultados, ser efectivo.
Gobernar es lograr consensos y saber administrar disensos. Hay que tener muy en cuenta estos dos aspectos pues en una sociedad nunca habrá consenso absoluto, hay distintos intereses, que veces son contradictorios.

En un momento donde le llueve recio y tupido a la gestión gubernamental y las críticas al ejecutivo son muy fuertes no convendría en los próximos días  salir de la opacidad y hacer ¿cambios dramáticos?, ¿anuncios espectaculares?, ¿dar golpes de timón? Que todo siga como de costumbre parece ser que no es opción gobernando en aguas turbulentas.