Funcionario del Fondo Monetario Internacional renuncia del organismo y en su carta de renuncia hace un retrato clarisimo del FMI: Peter Doyle, responsable de Suecia, Dinamarca e Israel en
el Departamento Europa del Fondo Monetario Internacional.
En su carte textualmente dice me avergüenza toda relación con el FMI. No solo por su
incompetencia ante la crisis global, expuesta solo parcialmente por el
informe de la OIA, así como por el informe TSR en relación con el
seguimiento previo a la crisis de la zona euro. Sino sobretodo porque
los problemas sustanciales de estas crisis, como los de otras, fueron
identificados mucho antes de que se produjeran, pero fueron negados en
el FMI. Dados los largos períodos de gestación y la lentitud en el
proceso de toma de decisiones internacionales para hacer frente a estos
desafíos globales, era esencial advertir a tiempo y de manera
sistemática y continuada sobre estos peligros. En este sentido, el
fracaso del FMI a la hora de hacerlo supone un fracaso de primer orden,
incluso si esas advertencias no hubieran sido tenidas en cuenta. Las
consecuencias implícitas suponen sufrimientos para muchos (y lo peor aún
esta por venir) incluyendo Grecia, que la segunda divisa de reserva
global esté al borde del precipicio, y que durante los últimos dos años
el FMI haya fracasado a la hora de seguir y jugado un papel meramente
reactivo en los esfuerzos desesperados para salvar al euro en última
instancia.
Doyle señala que el control político del Fondo por EE UU y la UE
contamina toda la labor profesional del mismo, hasta el punto de
bloquear el cumplimiento de sus objetivos básicos. Como ha señalado el
Premio Nobel de economía Stiglitz -que en su día dimitió de la
vicepresidencia del Banco Mundial por razones similares-, las
instituciones financieras internacionales, inicialmente creadas bajo un
esquema keynesiano de impulso de la economía mundial mediante
transferencias norte-sur, han sido secuestradas desde los años 80 por la
élite neoliberal como instrumento central de aplicación de unas
demenciales políticas de ajuste que priorizan el pago de la deuda
externa a los acredores del norte.
La carta de Doyle tiene el
interés de ser un documento interno de gran valor que pone una vez más
de manifiesto todas estas contradicciones de las instituciones
internacionales del catastrófico capitalismo contrarreformado de nuestro
tiempo. Redacción de SinPermiso.
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=153728
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